domingo, 15 de septiembre de 2013

Costa Oeste / Ruta66. Dia 22: San Diego

Esto habrá gente que le parecerá una locura, habrá otra que se sorprenderá y habrán otros viajeros que se quedarán soprendidos y harán lo mismo.

Una vez, mirando los típicos programas de viajes, estaban haciendo un reportaje del Parque Balboa. El parque no es más que unas instalaciones que hicieron en 1835 para una exposición universal. Pensad que algo de 1835 en USA es extremadamente antiguo.

Seguramente si fuera un Sueco o un Chino, me parecería un sitio curioso, que es bonito y es agradable para pasear pero me plantearía el hecho de ir a San Diego a propósito a ver el parque. Digo esto porque realmente es como si estuviéramos visitando un alcázar, un patio andaluz, una catedral al estilo Santo Domingo de la Calzada... en pocas palabras, estamos viendo un pedazo de nuestra historia en la otra punta del mundo.

Esto, unido a que San Diego tiene un centro histórico "divertido" para ir por ejemplo a ver un partido de béisbol, algo que recomiendo totalmente, un pueblo que hay antes que se llama la Joya y sobretodo la isla donde está el famoso Hotel del Coronado.

Teníamos que madrugar bastante porque hay que cruzar Los Angeles y la verdad que me daba un poco de miedo los atascos. Era domingo. Ningún problema.

En hora y media estábamos en La Joya. Un pueblo para veranear de clase alta donde hay muchísima gente haciendo snorkel además de tener una playa y unos acantilados donde más bien parece estemos haciendo un safari. Podemos ver leones marinos, pelícanos, todo tipo de aves, además de montones de pingüinos! sí he dicho pingüinos.



Tras un agradable paseo de safari nos dirigimos a San Diego. No es que tuviéramos demasiado rato ya que a las 16h empezaba el béisbol. El partido dura 5 o 6 horas. Tampoco es que quisiéramos verlo entero.

Directos a parque Balboa. Decir que allí está el Sea World que es un acuario gigante. Creo que el más grande del mundo. La verdad que viniendo de Valencia que tenemos el más grande de Europa no me interesaba demasiado pero bueno eso a gustos.

El parque Balboa fue fascinante. Es lo que quedó despues de la exposición universal. Muy bonito además para nosotros que te ves identificado con los edificios que vas viendo cada paso que das. Sin duda recomendable. Las fotos hablan por sí solas.




Sin más tiempo que perder nos fuimos a Coronado Island. Para llegar allí cruzas por un puente realmente espectacular. La principal atracción es un antiguo y lujoso hotel que me recuerda mucho estas típicas películas americanas. Sin duda si vuelvo a San Diego haré un esfuerzo y me quedaré allí.


Tras un agradable paseo y disfrutar del Skyline de San Diego y de los gigantescos portaaviones volvíamos al centro de la ciudad. Decir que tanto de camino como en la propia San Diego puedes apreciar muchas bases militares y entre otros unos pedazo portaaviones gigantes. Se pueden visitar pero tampoco era de nuestro interés con el tiempo que llevábamos.



El centro tenía mucho ambiente. Fuimos a comprar las entradas del baseball. Las más baratas cuestan 8 dolares por lo que compramos y para dentro. Parece ser que como el partido es tan largo las primeras horas no está lleno y se va llenando según llega al final.


Es la fiesta de las calorías desde fuera hasta dentro del campo. Todo el mundo bebiendo cerveza, margaritas, y comiendo hamburguesas, nachos, perritos... un festín! Muy recomendable.

Llendo hacia el coche vimos una heladería bombonería que se llama Ghirardely. Nos comimos el mejor Sunday de la historia. Espectacular. Además compramos bombones para regalo que estaban buenísimos.
Está en todas las ciudades pero no habíamos tenido la oportunidad de ir hasta hoy.


Al fin y al cabo es una lástima que no esté más cerca para dedicar más tiempo a ciudades como esta. Me ha gustado bastante y volvería sin duda.


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